sábado, 29 de octubre de 2022

The Goonies

Los Goonies nunca dicen muerto. 
Los Goonies


¿Por dónde íbamos? ¿ya te he hablado de Rafa? 

- Sí, Tela... Lo hiciste en with or without you .

Cierto, a Rafa lo ví algunas veces, nunca le dije nada y se fue de mi vida y de Mallorca, creo que acabaron regresando a Galicia, eran de Vilagarcía de Arousa (como los centollos de Airbag)

Poco después de su marcha, apareció Nacho. Le conocía del colegio, iba un curso por delante de mi, era alto, moreno y simpático. Acostumbrada a ser la bicho raro, me uní a Malena y Maleni que habían compartido colegio conmigo. Malena era prácticamente una hermana para Nacho y yo le miraba y le seguía con devota admiración. 

Nos veíamos en los recreos y si llovía hablábamos con otros alumnos de su edad; David, Honorio y Pedro son los que consigo recordar. Si el día les era propicio ellos jugaban a baloncesto y nosotras cotorreábamos de lo divino y de lo humano. 

Me pasé todo el curso mirándole en silencio, aunque tanto Malena como Maleni sabían que mis sentimientos no eran correspondidos e intentaban sacármelo de la cabeza. Pero una que era cabezona hasta el tuétano, se empeñó en cuadrar una salida nocturna para celebrar el fin de curso con él, Malena, David (que era el chico que le gustaba a Malena) y yo. 

Contaba dieciséis, tanto David como Nacho eran un año mayores. No recuerdo exactamente como pero, obviamente Nacho acabó encontrando la excusa para no venir y Malena se descolgó en el último momento. David, no. 

Y como aparte de andar loca por ver a Nacho también quería salir a bailar (o eso creía yo) y experimentar mi primera salida nocturna, no cancelé. Recuerdo que David llevaba unos vaqueros desgastados y unas relucientes deportivas de atletismo. Yo le pedí prestado al armario de Mam una blusa de gasa completamente transparente y me clavé unos vaqueros blancos que tuve hasta los veintidós; intentaba que los ojos se fueran al pan para despistar que mi sonrisa estaba plagada de brakets. 

Nos encontramos en el portal de David y tomamos un taxi hasta Es Jonquet, a un garito que tenía una terraza abierta con vistas al Paseo Marítimo. Recuerdo que David dijo al verme que estaba radiante y, si te soy sincera, fue la primera vez en la vida que le miré; conmigo se puede decir completamente que sólo tengo ojos para el hombre que me interesa, en aquel momento el chico, claro. 

En el momento en el que le miré me pregunté a mi misma como no lo había hecho antes. Casi metro noventa, ojos verdes, moreno de piel, con un ligero acento cordobés y desviviéndose por hacerme reír, cosa que sí había conseguido durante todo el curso. Llegamos a la disco y se empeñó en pagar la entrada... 

- Tela, ¿vas a volver a liarme como ayer para contarme que el tal David fue tu primer beso?

¡Pero bueno! ¿Puedes hacer el favor de no adelantarte a las jugadas? David fue mucho más que mi primer beso, que sí lo fue; pero si vas en plan spoiler a este paso apago la luz y nos vamos a dormir. 

- Vale, vale... ya me callo... 

¿Por dónde iba? ¡Ah, si! Llegamos al garito y David me paga la entrada; el pidió una Coca-Cola y yo un San Francisco, así que puedo garantizar que estaba totalmente serena. Mi autoestima se fue al garete ya en la barra, todas eran todo más que yo. Altas, estilizadas, con unos modelazos, luciendo pierna, maquillaje y tacón. Me rendí antes de empezar al mirar hacia la pista. ¡Encima bailaban como diosas! y yo que me había autoechado de la clases de Gimnasia Rítmica a las que Mam me apuntó en EGB ya era plenamente consciente de que bailando no iba a seducir a nadie. 
Y encima, va el chico y sale a bailar; ¡ni Toni Manero! ritmo, gracia y hasta figuritas de Break Dance, le contemplé ojiplática esperando que la primera que tenía a mi lado le saltase a la yugular en cuanto acabase la canción. Es más, es que le saltó y le preguntó si tenía un cigarrillo, él le contestó que no fumaba y hasta me pasó un brazo por encima del hombro que recordaré toda la vida, porque era la primera vez que un chico me tocaba. 

- Eso si que no me lo creo, Tela. 

Cómo lo lees, yo era una Goonie en el colegio, aplicada, mal carada y defensora de las causas (perdidas o no), obediente, buena estudiante y nada pendiente de mi estética exterior, en el colegio nunca pensé en ellos; había compañeras de clase que empezaron a maquillarse en 6º y salvo una noche del viaje de estudios que no me apetece teclearte ahora, yo no sabía lo que era (ni quería) alicatarme la cara y subirme a unos zapatos de tacón. 

Pero volviendo a la noche de autos, David me pasó el brazo alrededor del cuello y me preguntó si quería salir a la terraza, me quedé tiesa como una tabla y asentí con fuerza. Durante el recorrido entre la barra y el acceso al exterior, David me susurró al oído que se disculpaba por lo del brazo, pero que quería quitarse a la tipa del cigarrillo de encima. Y yo le grité entre la música que no pasaba nada. 

En la terraza la música bajaba el nivel y se podía hablar con tranquilidad. No soy capaz de recordar que tema nos llevó de un sitio a otro, sí recuerdo que me sacó muchas risas antes de soltarme que sabía que el chico que me gustaba era Nacho. En aquel momento ya ni me acordaba de su compañero de baloncesto, mis ojos estaban clavados en los suyos y no podía dejar de perderme en aquella mirada limpia, serena, adulta y masculina. 

- Tela, ¡qué te pasas! ¿Adulto y masculino un chaval de diecisiete años?

Como lo lees, adulto y formal; con unos principios que ya querrían muchos de más de cincuenta. Tan leal a su amigo que se declaró empezando por el principio; a lo que yo contesté que él era el chico de Malena. Su respuesta fue igual de clara y serena; Malena era una amiga, se reía mucho con ella pero también lo hacía con su prima de Córdoba y allí no había nada que hacer. "A mi la que me gusta eres tú", así, a caraperro y sin avisar. 

Y me fundí, me fundí como no me he vuelto a fundir más que cuatro veces más, como el provolone en una plancha ardiente. Temblaba cuando le dije que no sabía quien era Nacho y me reí cuando me contestó que aquello era bueno porque a su amigo no le interesaba pero que él estaba deseando besarme y no lo había hecho antes porque mis brakets le daban miedo. Más me reí al responderle que no sabía que iba a pasar con los aparatos dentales, que no había besado a nadie con ellos. 

Estaba sentado, yo de pie frente a él y tiró de mi brazo con dulzura al tiempo que me decía "Bueno, pues habrá que probar" y nos chocamos de morros... 

- ¡Jajajajajaja! ¿en serio? 

Sí y antes de arrancar con el beso, ya nariz con nariz le dije que tampoco había besado a nadie sin ellos; ahí fue él quién empezó a temblar. 

David fue el primero y su exquisito tacto o el olor de su barba recién afeitada todavía pesan en mi memoria. Malena se enfadó conmigo y tardamos algún tiempo en recuperar el contacto, pero eso te lo tecleo otro día. 

Le quise sin saberlo, tenía dieciséis y luego diecisiete, luego diecinueve y ya nunca más. Por aquel entonces era el amigo que siempre será, mi abogado, un ángel que la vida me tenía guardada a quién jamás olvido felicitarle el cumpleaños porque es la manera que tengo de recordarme y recordarle. Cuando compré mi primer piso me ayudó con la documentación, quise invitarle a cenar a casa y su respuesta fue que se sentía honrado por la compensación pero que si él y yo estábamos solos pasaban cosas que era mejor que no pasasen. 

- ¿Tanto?

Tanto como para reconocer que hay algo que no puedo explicar, una dulce emoción, un precioso recuerdo; donde muchos intentan olvidar sus primeras veces, yo recuerdo risas, chistes malos y mucha complicidad. 

- Pero entonces fue tu primer novio

Para nada, nunca nos dijimos que nos queríamos; él fue mi primer todo y yo el suyo pero no fue amor, fue el principio de una gran amistad. 

y de fondo podría sonar:
" The Goonies 'r' Good Enough" - Cindy Lauper



¿Qué a dónde voy con esto? ¿acaso crees que tengo idea? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

.