jueves, 15 de octubre de 2015

A day in the life

Contemplaba el techo obviando las paredes de gotelé en rosa salmón, tumbada sobre aquella cama que era de todo menos de princesa. Las primeras notas del piano la llevaban directa a otro universo en el que sabía bailar y casi podía volar. Su compañero de baile siempre tenía el rostro difuso, casi dos palmos más de altura y se empeñaba en mandar él. Los sueños no huelen excepto cuando sueñas despierto y la escena olía a fresa ácida y regaliz.

Para cuando la caja de Ringo se quedaba sola marcando el ritmo, sus hombros ya no podían estar quietos y se balanceaban con aquel compás mientras en sus labios se dibujaba una sonrisa. Nunca llegó a escuchar los arreglos de orquesta sin saltar de la cama y dejar que sus tobillos encontrasen la manera de sincronizarse con los hombros.

La coreografía duraba exactamente lo mismo que aquel crescendo orquestal con la que John había decidido zanjar la canción, algo más allá de dos minutos en los que aquella adolescente irreverente abandonaba la consciencia y se dejaba transportar a un futuro que nunca existió más allá de su imaginación.

La aguja abandonaba su sereno crepitar sobre el vinilo para cargar el disco siguiente y en sus oídos sólo quedaba aquella frase: I'd love to turn you on... 

would you like to dance with me, Big animal? 

I´d Love To Turn You On...
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Woke Up, Fell Out Of Bed,
Dragged A Comb Across My Head
Found My Way Downstairs And Drank A Cup,
And Looking Up I Noticed I Was Late.

Found My Coat And Grabbed My Hat
Made The Bus In Seconds Flat
Found My Way Upstairs And Had A Smoke,
Somebody Spoke And I Went Into A Dream

Ah

I Read The News Today Oh Boy
Four Thousand Holes In Blackburn, Lancashire
And Though The Holes Were Rather Small
They Had To Count Them All,
Now They Know How Many Holes It Takes To Fill The Albert Hall.
I´d Love To Turn You On...

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