“En la vida hay que tener valor y afrontar lo desconocido.”
La vida secreta de Walter Mitty
No sé dónde estoy, mucho menos a dónde voy, me enfrento a esta línea en blanco con la entereza que me dan estas dos noches seguidas sin pastillas para dormir. No me siento bien, pero tengo el valor para decirlo. No me voy a sentir bien mañana, pero sigo teniendo los arrestos para decirlo.
Hace unos minutos la voz de mi conciencia, que tiene la irónica y fantástica manera de vivir en un cuerpo de más de dos metros de altura (conciencia muy grande para una autoestima muy pequeñita), me ha dicho que por delante soy Invencible, que la parte delicada está a la altura del corazón.
Como mi Estela, mi pequeño gigante de piedra ha sido capaz de redefinir lo que me atreví a llamar "Dura por fuera y blandita por dentro" y tras casi tres horas mi sonrisa está haciendo atisbos reales de salir.
- ¿Estás bien?
¡Vamos no me jodas! Estoy a mil ciento dos kilómetros de estar bien pero sé, una vez más que no me queda más remedio que echar un poco más de carne y arrancar de nuevo el motor.
- ¿A dónde?
Tú quieres saber demasiado y antes de tiempo... me voy, lo acabo de decidir y ha sido mucho; una decisión que no ha sido fácil, porque una cosa es coger tus cosas y salir por la puerta y otra muy distinta es enfrentarte a lo desconocido que viene detrás.
Me voy, con este atisbo de primera sonrisa de verdad en los labios (ets tan gran, PGP!) tras 41 noches sin dormir, 4 kilos menos, miles de millones de cigarrillos, 4 casas, un coche prestado que no pienso devolver y la inmensa, enorme y eternamente sangrante sensación de haber sido expulsada del paraíso. ¿Acaso no puedo ser Lilith de nuevo?
Me sacudo el vestido, me recojo de nuevo la coleta (con lo poco que le queda al pelo lo tengo que cuidar) y me subo al tren, asustada y decidida. Y no os voy las Gracias, porque según dicen por ahí me lo he ganado.
y de fondo podría sonar "To the Rescue" - The Divine Comedy
que ya sé que la tengo muy manida, pero es que es justo lo que sonaba